martes, 30 de noviembre de 2010

El agua de mi acuario

Es imposible utilizar un tipo de agua que vaya bien para todo tipo de plantas y peces; debemos contentarnos al encontrar una que cumpla con características medias indispensables. Descartando aquellas aguas que provienen de fuentes naturales, al considerar lo difícil que resulta conseguirlas, y dejando a un lado el agua del grifo –salvo por un prolongado tratamiento para liberarlo de sustancias dañinas para el acuario- la más conveniente y accesible resulta serla de lluvia. En efecto, el agua de lluvia es blanda en su punto justo, por cuanto contiene baja concentración de carbonatos de calcio y magnesio; mientras que el agua del grifo tiene una elevada cantidad y suele contener cloro, que se añade para eliminar las bacterias.
El agua de lluvia recogida en un recipiente debe ablandarse aún más. Un sistema bastante sencillo y práctico es haciéndolo hervir, provocando que los carbonatos se precipiten. Dejada enfriar se toma la parte que está en la superficie.
El pH
Para controlar el grado de acidez del agua –tomando en cuenta que debe ser neutra o ligeramente ácida- existen unas tiritas de papel reactivo que cuando se sumergen dan una coloración que indica el pH del agua.
El coeficiente de Sorensen (pH) que sería mejor para los peces es 7. El agua de lluvia oscila entre 6.5 y 5.8.
Si el agua de tu acuario es demasiado ácida, puede mejorarse añadiendo una cucharadita de polvo de cáscaras de huevo POR CADA 3 ó 4 litros.

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